Despacio pero seguro, este blog va retomando su ritmo habitual. Vuelvo con anteojos para ver mejor de lejos, un examen de alemán y otro de teoría de manejo aprobados, con un año más y con muchas, muchísimas ganas de seguir compartiendo con ustedes lo que más me gusta hacer :) Debo confesar que esto tendría que haber sucedido antes y que hay varios posts en borrador que de a poquito saldrán a la luz, pero era imperdonable no aprovechar el sol que estamos teniendo. Como ya saben, acá eso no es taaaannnn habitual y luego de una primavera con gusto a nada, era algo que andábamos necesitando.
Este verano es un verano tranquilo. Nos quedamos en casa disfrutando de tardes de pile, paseos al río (un placer tener una playita a 20 minutos de casa :), mates, "asados", risas, guerras de agua, cama elástica, charlas, lecturas... quedan todavía unos días para que el gordi arranque segundo grado y pensamos seguir disfrutando como lo venimos haciendo.
Por allá me contaron que está haciendo mucho frío!! Así que hoy les traigo una receta de un budín que seguramente conocerán, ideal para acompañar con un te calentito en un día con bajas temperaturas y que cada vez que lo preparo me hace acordar a mi abuela porque cuando vivía en Argentina y ella iba a la casa de mis viejos SIEMPRE preparaba este budín. Es el más fácil del mundo y la única receta que me sé de memoria :) Mi abuela le pone nueces, chips de chocolate.... a veces ralladura y glaseado de limón. Yo una vez lo preparé con arándanos y al gordi le encanta con dulce de leche ...en fin, cualquier cosa! En este post les muestro la "versión básica" que sabe rica igual, pero sepan que se le puede agregar lo-que-quie-ran!